Cómo diseñar espacios pequeños para que parezcan más grandes

Imagina esto: llegas a casa después de un día largo y entras en un espacio que, aunque pequeño, te hace sentir libre, cómodo y en paz. Parece que todo está en su lugar, que el aire fluye, que cada rincón tiene sentido. No se trata de magia, aunque lo parezca. Es el resultado de un diseño bien pensado que aprovecha cada centímetro y crea la ilusión de amplitud. Si vives en un espacio reducido, no tienes que sentirte atrapado. Con algunos ajustes, puedes lograr un lugar que se sienta grande, funcional y acogedor.

La luz que transforma todo

Si hay algo que puede cambiar la sensación de un espacio pequeño, es la luz. Recuerdo cuando ayudé a diseñar un estudio diminuto en el centro de Madrid. Apenas tenía 20 metros cuadrados, pero lo primero que hicimos fue liberar las ventanas. Adiós a las cortinas gruesas, hola a tejidos ligeros que dejaban pasar toda la luz posible.

Esa luz natural fue un punto de partida. Pero no bastaba. Añadimos un espejo grande frente a la ventana, y de repente, parecía que había otra habitación al otro lado. Para la noche, colocamos lámparas de pie que iluminaban las esquinas y lámparas de mesa para crear rincones acogedores. El resultado: un espacio que parecía respirar, lleno de vida, sin importar si era de día o de noche.

Colores que amplían el horizonte

Los colores tienen un poder increíble. En otro proyecto, un cliente insistía en pintar una pared de un azul oscuro que, aunque precioso, hacía que la habitación pareciera más pequeña. Le sugerí que usáramos un blanco roto en las paredes principales y dejáramos el azul para pequeños detalles: un cojín, una manta o incluso un cuadro.

Cuando terminamos, el espacio parecía haber crecido. Los tonos claros y neutros reflejaban la luz, y los pequeños toques de color daban carácter sin abrumar. Ahora, ese salón no solo parecía más grande, sino que transmitía calma y elegancia.

Muebles que hacen todo por ti

Si algo he aprendido diseñando interiores pequeños, es que cada mueble tiene que trabajar el doble. En un apartamento que diseñé para una pareja joven, el espacio apenas permitía un sofá y una cama. La solución fue un sofá cama, pero no cualquiera. Era uno cómodo y elegante que se convertía en cama en segundos.

Además, debajo del sofá añadimos cestas para guardar mantas y cojines, y en el comedor, una mesa plegable que podía expandirse cuando tenían visitas. Cada objeto tenía una doble función, y ellos no tuvieron que renunciar ni al estilo ni a la practicidad.

El techo también cuenta

Cuando el suelo no da para más, es hora de mirar hacia las alturas. En un piso pequeño, ayudé a instalar estanterías que llegaban hasta el techo. Aunque al principio a los propietarios les preocupaba que se viera demasiado cargado, el truco fue mantenerlo ordenado: libros, cajas decorativas y algunos objetos personales bien colocados.

También usamos un perchero alto junto a la entrada para mantener el suelo despejado. El resultado fue sorprendente: no solo parecía más amplio, sino que cada pared se convertía en una extensión funcional del espacio.

Orden y sencillez: la clave del éxito

Recuerdo un pequeño apartamento que diseñé para una mujer que adoraba coleccionar objetos decorativos. Había figuritas, plantas, marcos, velas… cada superficie estaba llena. Por supuesto, esto hacía que el espacio se sintiera abarrotado.

Le propuse elegir sus piezas favoritas y agruparlas en un solo lugar, dejando el resto despejado. Fue como un cambio de aire. De repente, la habitación respiraba y las piezas seleccionadas se convirtieron en un punto focal. A veces, el secreto no es agregar más, sino quitar lo que sobra.

Definir espacios dentro del espacio

En los estudios o apartamentos pequeños, puede ser difícil sentir que hay distintas áreas. En un caso, trabajé con un cliente que necesitaba separar la zona de dormir del resto de su espacio. En lugar de construir una pared, optamos por una estantería abierta que hacía de divisor.

Colocamos una alfombra debajo de la cama para definir ese «dormitorio» y otra en la sala de estar para crear una separación visual. No construimos nada nuevo, pero el ambiente parecía dividido en áreas claras, cada una con su función.

Detalles que hacen la diferencia

Una vez que tienes el espacio diseñado, llega el momento de los detalles. Aquí es donde el lugar cobra vida. En un proyecto reciente, añadimos plantas en macetas simples pero elegantes, colocamos cojines con texturas suaves y una manta de lana junto al sofá.

Esos toques finales no ocupaban mucho espacio, pero crearon una sensación de hogar. Un hogar que, aunque pequeño, parecía grande en personalidad y estilo.

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